marzo 16, 2025
Editorial: LA IGLESIA ES MISIÓN

Editorial: LA IGLESIA ES MISIÓN

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El papa Francisco ha hecho público su mensaje a la Iglesia universal con ocasión de la Jornada Mundial de las Misiones que este año se celebra el domingo 20 de octubre. El mensaje se centra en el tema: “Vayan e inviten a todos al banquete” (cf. Mt 22,9).

En el texto, el Papa reflexiona sobre la parábola evangélica del banquete de bodas, en la que el rey dice a sus siervos: “Id, pues, por las calles e invitad a las bodas a cuantos encontréis”.

«¡Id e invitad!» La misión de la Iglesia consiste en una salida incansable para invitar a otros al banquete del Señor. Francisco nos recuerda en su mensaje que la misión implica un continuo acercamiento a todos los hombres, no sólo saliendo, sino también invitando a cada uno de manera personal al encuentro con Jesús.

Todos y cada uno de los discípulos del Señor estamos invitados hoy a ir hasta los confines de la tierra, con perseverancia y sin olvidar que debemos encarnar un compromiso incansable en la misión de evangelización.

En la parábola, el banquete representa la salvación definitiva en el Reino de Dios. El simbolismo de la Eucaristía, unido a la urgencia de la evangelización de todos los pueblos en esta parábola, es un fuerte recordatorio de la importancia de nuestra misión. En un mundo dividido, el Evangelio sigue siendo una fuerza unificadora, que llama a las personas a reunirse y alegrarse en armonía en medio de la diversidad.

La misión incluye una preocupación especial por los marginados, haciéndose eco de la invitación de la parábola a “todos, buenos y malos”. Como en todos sus mensajes, el Santo Padre concluye invocando la intercesión de María, que desempeñó un papel fundamental en las bodas de Caná. María es la guía de la
misión evangelizadora de la Iglesia.

El papa Francisco no nos habla sobre la misión de la Iglesia sólo con sus palabras, sino también con sus hechos. Del 2 al 13 de septiembre, a sus casi 88 años, se puso de nuevo en camino en un acto de fidelidad y obediencia a la misión.

En su 45o viaje apostólico de casi 33.000 kilómetros, el Papa visitó cuatro países de Asia y Oceanía (Indonesia, Papua Nueva Guinea, Timor Oriental y Singapur), se encontró con miles de personas, transmitió un mensaje de esperanza a esas sociedades y confirmó en la fe y la misión a las iglesias locales que lo recibieron con alegría.

Con su visita, Francisco ha reforzado la importancia que Asia y Oceanía tienen para la Iglesia, ya que son unos de los pocos lugares donde está creciendo en términos de fieles bautizados y vocaciones religiosas.

El Santo Padre ha destacado que la compleja región también encarna algunas de las principales prioridades de su pontificado: el énfasis en el diálogo interreligioso e intercultural, el cuidado del medio ambiente y la insistencia en el componente espiritual del desarrollo económico.

Ya de vuelta en Roma, el mismo Papa resumió en pocas palabras el significado más profundo de su reciente periplo misionero: “Una primera reflexión que surge espontáneamente tras este viaje es que, al pensar en la Iglesia, seguimos siendo demasiado eurocéntricos o, como se suele decir, «occidentales».

En realidad, ¡la Iglesia es mucho más grande y está más viva! Lo experimenté con emoción cuando conocí esas comunidades, escuchando los testimonios de sacerdotes, monjas, laicos, especialmente catequistas. Iglesias que no hacen proselitismo, sino que crecen por atracción”.

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