mayo 18, 2025
Punto final: ¿Hablar de Resurrección o vivir la Resurrección?

Punto final: ¿Hablar de Resurrección o vivir la Resurrección?

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Por P. Gabriel Perfetti

Son las 11.00 de la mañana. Te invito a una visita al Policlínico “Gemelli” de Roma, 10 piso, cuarto especial. Mirar y admirar en silencio y con estupor a un hombre de ochenta y ocho años. Su respiración es fatigosa, ojos cerrados, rostro sereno de quien confía, de quien está seguro que también en el sufrimiento y en la debilidad es sostenido y acompañado por Alguien que no lo abandonará nunca.

Foto: El papa Francisco saluda al personal médico en el hospital de Roma. Vaticano

Mientras observamos su fisicidad, la mente se nos escapa recorando lo que ha dicho, lo que ha hecho. Pensamos cómo Dios, a través de esa fragilidad humana, pudo enfrentar y retar a las fuerzas del Mal, lanzando un llamado a la vida tan original y profético.

Su mensaje socio-ecológico y político-económico es mucho más importantes que disquisiciones teológicas. Los textos mismos dan fe de ello, pues vienen a afirmar que la sanación integral de los heridos y la liberación total de todos los oprimidos constituyen el centro, el fondo y la esencia del Evangelio (“Evangelii Gaudium” y “Laudato Si”).

Este desequilibrio proviene de ideologías que defienden la autonomía absoluta de los mercados y la especulación financiera… A todo ello se añade una corrupción ramificada y una evasión fiscal egoísta, que han asumido dimensiones mundiales” (EG n. 56). “Esta inequidad genera tarde o temprano una violencia que las carreras armamentistas no resuelven, ni resolverán jamás” sino que la alimentan para así poder seguir su negocio de producir y vender armas (EG n. 60). Resucitar es salir del engaño y de la resignación, romper con nuestro estilo de vida, que es un consumir los que nos dicen, para elegir lo que
realmente necesitamos y nos hace bien, en el respeto de la naturaleza.

Resucitar, ser lo que somos, nuestro pensar y actuar en lo cotidiano, en las elecciones de lo que vestimos, comemos y usamos. Romper con moldes impuestos por la propaganda consumista, marketing de la opresión.

Los brazos de Francisco están recostados en la cama con las palmas de las manos abiertas hacia arriba y nos hacen pensar en una Iglesia atenta, que acoge siempre, a cualquier hora.

¡Aleluya, somos Su resurrección!