noviembre 3, 2024
EL CURA QUE ANUNCIA Y DENUNCIA DESDE LA COMUNICACIÓN

EL CURA QUE ANUNCIA Y DENUNCIA DESDE LA COMUNICACIÓN

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En México, sólo el año 2022, catorce periodistas, mientras que en la última década hasta treinta religiosos, perdieron la vida por su compromiso de trabajar al lado de la gente. Pero “la información puede ayudar a cambiar las cosas”. El padre Omar siempre ha estado convencido de ello, desde que, de niño, sintió por primera vez esta “doble vocación”. Cuenta: “Como me encantaba jugar al fútbol, un sacerdote del seminario diocesano de Ciudad de México me invitó a participar en un torneo. Por error, sin embargo, acabé en el seminario paulino y allí, además del enorme campo de fútbol, me llamó la atención la imprenta dirigida por sacerdotes: de hecho, la congregación fundada por don Giacomo Alberione tiene la misión de difundir el mensaje de Jesús precisamente a través de los medios de comunicación social”.

Todo lo demás vino como consecuencia de aquel encuentro: el joven Omar comenzó su formación para ser sacerdote, mientras crecía en él la fascinación por lo que él llama “el arte del periodismo”, especialmente el de investigación. Recién ordenado, comenzó a trabajar con la conferencia episcopal mexicana para la que ayudó a crear el Centro Católico Multimedia: “En un principio era un proyecto para unir los esfuerzos de comunicación de más de cien diócesis mexicanas –cuenta–, pero pronto empezamos a agregar a un grupo de profesionales independientes con el objetivo de trabajar los temas más candentes de la actualidad”.

DENUNCIA DE LA VIOLENCIA

Hoy, el Centro del que el padre Sotelo Aguilar es director, representa un punto de referencia a nivel nacional –y más allá– en materia de denuncia, en particular de la violencia contra los operadores eclesiales. Su papel también ha sido confirmado por importantes premios, como el Premio Nacional de Periodismo en la sección de “Derechos Humanos” gracias a una investigación sobre la “Tragedia del sacerdocio en México”.

El sacerdote paulino insiste en que utilizar un lenguaje “que toque la experiencia tanto de las víctimas como de los agresores puede transformar el contexto. Esa es precisamente nuestra tarea: incidir en la vida de las personas, en la opinión pública, en la sociedad. Luego, por supuesto, nuestro compromiso también se centra en denunciar los ataques a la Iglesia, dado que en la última década México se ha confirmado como uno de los países más peligrosos para los religiosos. Tan sólo en el periodo de gobierno de Andrés Manuel López Obrador, es decir, poco más de cuatro años, ya tenemos siete sacerdotes asesinados, además de otros ocho que sobrevivieron a atentados”.

ATAQUES A LA IGLESIA

Pero, ¿por qué tanta saña contra la Iglesia católica? “La Iglesia en México ha sido atacada con frecuencia desde los tiempos de la guerra ‘cristera’ de 1929, cuando se intentó eliminarla del territorio nacional. Hoy no enfrentamos una persecución real, sin embargo, la situación es en cierto modo más peligrosa que hace cien años, porque los religiosos son blanco de ataques para sembrar una cultura de muerte, terror y corrupción en la sociedad. Me explico: en México, cuando un sacerdote es asesinado, afecta no sólo a una persona, sino a toda una comunidad, en medio de la cual actúa como estabilizador social. De hecho, los religiosos no sólo prestan un servicio pastoral y espiritual, sino que también trabajan en la educación, la protección de la salud y la defensa de los derechos humanos. Basta pensar en la enorme labor al lado de las masas de desesperados que llegan a México desde Centroamérica buscando el espejismo de Estados Unidos y que muy a menudo terminan en las mallas del crimen organizado. Aquí, cuando se elimina a un sacerdote, se desestabiliza la sociedad”.

El padre Omar reconoce que en muchas partes del país existe ya una narcocultura, una narcoeconomía y hasta un narcogobierno; el crimen organizado ha logrado infiltrarse en organizaciones como el Ejército, la Marina y hasta en los gobiernos federal y estatales. Y pone un ejemplo: “El ex secretario de Seguridad Pública de México, Genaro García Luna, se encuentra detenido en Estados Unidos por conspiración al narcotráfico; presuntamente recibió millones de dólares en sobornos del cartel de Sinaloa del ‘Chapo’ Guzmán. Hay gobernadores, diputados y ministros ligados al crimen y quienes denuncian esta anomalía, que impacta directamente en el progreso del país, terminan en la mira. El año pasado hubo más de 850 amenazas de muerte contra sacerdotes, y conozco personalmente a muchos periodistas que han sufrido estos mismos ataques”.

Pero a menudo no se encuentra a los autores de las agresiones y asesinatos. El sacerdote afirma: “Hay varios factores. Por un lado, hay tanta violencia –más de 100.000 desaparecidos y 350.000 víctimas a causa del crimen organizado– que las instituciones de seguridad pública no dan abasto. Obviamente, también está el aspecto político: Menciono sólo el caso del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, arzobispo de Guadalajara asesinado en 1993 por voluntad del cartel de Tijuana por su inagotable lucha contra el narcotráfico.

Un cardenal asesinado en un aeropuerto internacional, ¡y treinta años después no tenemos un solo culpable detenido por este crimen! Un monumento a la impunidad. Y así, en el 80% de los casos, las investigaciones sobre los asesinatos de sacerdotes no han llevado a ninguna parte. Es un escenario en el que la incapacidad y la falta de preparación de las fuerzas de seguridad son demasiado evidentes”.

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